jueves, 3 de julio de 2008

¿QUE HAGO,QUEHACEN,QUEHACEMOS?

El 2 de mayo de 1808, el pueblo espñol demostro a su monarca,que se le podia tratar como ciudadano,en vez de como vasallo;200 años despues la relacion de los monarcas españoles consu pueblo avanza afortunadamente en esa direccion.
Sin embargo en el terreno laboral los empresarios miran a sus trabajadores no ya como vasallos sino que a veces como esclavos, aumentando las obligaciones a la vez que recortan sistematicamente los pocos derechos que todavia les reconocen.
En le referente al campo de accion social, el indigente español padece la desconsideracion de su situacion frente a lo mediatica y reconocida que significa la ayuda a los indigentes o necesitados extranjeros, su reivindicacion no es que se les trate con deferencia, sino que se les de el mismo trato a la vez que las mismas oportunidades, esto deberia provocar que tanto al Ayuntamiento, Comunidad, y Gobierno se les cayese la cara de pura y humillante verguenza.
Me incluyo auto-criticamente, pues quiza no aproveche el alcance de este blog, como medio de dar voz a los que no la tienen reconocida, pero tambien la hago extensible a los que pudiendo utilizar medios mas eficaces,por miedo a que se les acabe el chollo callan como putas y miran hacia otro lado, dando una imagen perversa de que lo que les interesa es coservar el maximo de tiempo posible.
¿que hago, que haceis. que haremos?.

3 comentarios:

Marga V. dijo...

el problema se las trae, porque la administración pública intenta dar servicio a inmigrantes y nativos sin aumentar apenas los recursos destinados a servicios sociales, y como tienen a las ong de solidaridad con los inmigrantes encima, al final la impresión tanto de los usuarios nativos como de los de fuera es que se están usando en perjuicio de la población nativa, dejando abandonada a la población que por definición ha sido o debería ser la beneficiaria de éstos: los que están excluidos del mercado de trabajo por edad o por enfermedad o por falta de oportunidades iniciales (formación,educación, hábitos, entorno familiar, etc.).

Anónimo dijo...

Tu escrito ¿Qué hago? ¿Qué hacemos? suscita en mi reacciones varias. De entrada te adelanto a ti – y cualquier lector de tu blog – que la problemática de la indigencia la conozco superficialmente. La palpo, la veo cerca de mí, pero afortunadamente no la he sufrido en mis carnes. Siendo consciente y sensible de esta problemática, reconozco, que aunque lo he considerado seriamente, me ha faltado valor – en román paladino: “los cojones” - para echar una mirada desde dentro, durmiendo algunos días en albergues o en la calle o ir a comer a los comedores de turno. Puedo pues hablar sólo de referencia.

La sociedad española, quizás toda la sociedad occidental que llamamos avanzada está interesada en otros temas más “glamourosos” que en la indigencia. Aunque se invierten cantidades importantes en temas sociales, el gasto se lleva a cabo con estructuras burocratizadas y costosas, que consumen más en su propio funcionamiento que en “añadir valor” al indigente. En estos tres años, en que saliendo de mi limbo de mi profesión de ingeniero he tomado algún contacto con esta realidad sangrante he concluido que la resolución completa de la problemática de una vida truncada por la soledad, el alcohol, el juego, la mala salud o simplemente la mala suerte – nos puede ocurrir a cualquiera - es un dilema que requeriría mucha dedicación personal y cantidades importantes de dinero, con unos costes y una dedicación adecuada se puede ayudar a la persona en problemas a paliar su situación, ayudarles a que puedan salir solos – aunque sea un poco - de su drama y minimizar los daños. Creo que con 30 -50 EUR por persona y día – dedicados a ellos; no a mantener la organización - se podrían hacer cosas. Si se multiplica esta cifra por el número de indigentes que puede haber y la cantidad se compara con cualquier partida de los Presupuestos del Estado o con cualquier chorrada de las que aquí se tira el dinero (p.e. la Formula 1 en Valencia o la Expo en Zaragoza) se comprueba que esta ayuda es factible.
Haces bien en diferenciar entre el indigente español y el extranjero. Esto no es políticamente correcto pero tiene mucho sentido. Sin ser racista ni xenófobo en absoluto; de hecho aprecio enormemente la aportación que está realizando a emigración a la economía española y a la renovación de la sociedad, claramente el país no puede responder a resolver los problemas de TODOS los indigentes de TODO el mundo. Yo encuentro cada día, tu encuentras cada día gente que ha caído por aquí como marcianos y que con toda la compasión que me despiertan, pienso que aquí “pintan muy poco”.

Dos comentarios respecto al vasallaje cara de empresarios y reyes. En mi vida laboral de 41 años he encontrado de todo, empresarios “negreros” (con perdón) y gente maja y creativa ilusionada por un proyecto. Sería injusto generalizar sobre los empresarios. Hay de todo.

Respecto a nuestros monarcas… Ahí difiero de ti. Esta gente se lo ha montado maravillosamente; le importan la gente un pito, siempre que ellos mantengan su status. Eso sí, de forma unánime las monarquías se han aplicado al cambio de fachada – el ascenso nuestra Princesa de Asturias es un claro ejemplo de esto. Aquí recuerdo la, mil veces citada y bastante manida frase del Gatopardo en la que Falconeri, joven sobrino del príncipe de Salina dice: “Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie. ¿Me explico? “ (Si volgliamo que tutto rimanga come è, bisogna que totto cambi. Mi sono spiegato?), y me ha parecido reconocer su aplicabilidad a lo que está ocurriendo en las monarquías europeas.

No sé si ha quedado muy largo… Alfonso, te envío un fuerte abrazo.

Antonio, a.k.a. Juan

Anónimo dijo...

FELIZ 2009 Lector